sábado, 28 de julio de 2007

Los desafíos juveniles para alcanzar una democracia participativa no meramente representativa en nuestro País.

Columna Escrita por Eduardo Moraga

“Los jóvenes no debemos ser las bases del partido, pero sí la fuerza motriz y la innovación que lo lleve adelante.”

Anónimo (1)

Mucho se habla de que la lógica partidista ha llegado a su fin y llegó la hora de otros organismos sociales que canalizan las inquietudes ciudadanas en demandas colectivas efectivas.
Es cierto que la figura de los partidos políticos atraviesa una profunda “crisis de representatividad” dada su poca cercanía con los temas que acongojan a la sociedad sumado a la incapacidad escuchar dentro de los partidos políticos que están mas preocupados de los temas internos, de quien será el próximo candidato y de como le conseguimos los votos necesarios para ganar, transformándolos en verdaderas maquinas electorales que galopan a gran velocidad y sin rumbo claro como aquel caballo de carrera desbocado.
Generando un fenómeno de “atomicidad” de los ciudadanos frente a la sociedad en su conjunto, conllevando a que tienda a creer que el ciudadano actualmente “es demasiado pequeño dentro de la sociedad como para ser considerado como tal, apartándose de la política pero no de la democracia”
Pero he ahí los desafíos que como jóvenes dentro de la actividad política, debemos plantear y transformar la maquina partidista en un instrumento catalizador de demandas sociales, desmontándolos y acercándolos a la gente como bien dice la frase de arriba “convirtiéndonos en la fuerza motriz y la innovación que lo lleve adelante.”
Lo anterior lo digo con mucha responsabilidad, por que sé que la “desafección de los jóvenes de la política” no es del todo cierta, según las cifras entregadas por la Corporación Participa (2) en que muestran un 15,1% de Participación Social de los jóvenes entre 18 y 25 años, particularmente en voluntariados.
Por lo tanto existe interés de los jóvenes en participar socialmente y los que no se hallaron cómodos dentro de un partido político buscaron alternativas como otros grupos alternativos que les proporcionara auto gratificación, algunos en busca de mejorar su autoestima; superar el cargo de conciencia y devolver algo a la sociedad dado su buen nivel de vida; sentirse bien; sentimiento de injusticia frente a todo aquello que lo conmueva; rebeldía ante aspectos de represión; justicia social y discriminación, etc.
Independientemente de los motivos que nos motivaron a participar socialmente, se refleja claramente una línea de acción juvenil que se enmarca dentro de una conexión con la sociedad por la empírica valorativa del diario vivir.
Es por esto que para construir una democracia sólida, de carácter participativo es necesario identificar los niveles de participación que distinguió Andrea Sanhueza de Corporación Participa, (3) estos son:

1. Informativo
2. Consultivo
3. Decisorio
4. Co-Gestión


De los cuales Co-Gestión es el que más se acerca a la matriz de democracia. Dado que es ahí donde se produce el puente entre la sociedad civil con el estado para trabajar en conjunto sobre una materia determinada, lo cual demuestra la conexión de la autoridad con la gente y la consideración de éste hacia ellos.
He aquí la importancia de organizarse y de que los liderazgos surjan de una comunidad organizada que identifica a un sujeto capaz de responder a sus problemáticas sociales, quedando limitado aquel liderazgo a la capacidad de solución de aquellas problemáticas, he ahí que la gente lo vuelve a elegir para solucionar sus conflictos reconociendo en él su capacidad, delegándole el poder de obrar a nombre de la comunidad.
El ex Presidente Ricardo Lagos (4) hace una diferenciación a lo que significa participación, ligándola a la “posibilidad de construir, desde su quehacer cotidiano, redes de cooperación, de solidaridad, de expresión compartida.”
Como jóvenes por tanto, debemos ampararnos en este tipo de liderazgos de representación y no olvidar que el poder de ejercicio del mandato de ser líder proviene de la sociedad que nos elige, no del resultado de una buena negociación partidista y del clientelismo político que tanto daña nuestra democracia.
Finalmente aprovecho de sacar en limpio que como jóvenes tenemos el desafío de promover el recambio de malos dirigentes, además como decía Rolando Jiménez (Pdte del Movilh) “exteriorizar nuestra capacidad de indignarnos, no limitarnos a ser ciudadanos pasivos que observan el desarrollo de la sociedad desde su individualismo, luchar por nosotros y por los demás”(5) como diría Tony Blair (6)“ésta es una extraordinaria oportunidad para aplicar políticas progresistas amparadas en los valores adecuados para la época: el poder de la comunidad, la solidaridad, la capacidad colectiva de promover los intereses individuales.” y abolir definitivamente estas malas practicas, transformándonos en jóvenes líderes capaces de responder con virtuosismo a la sociedad que nos entrego el mandato de velar por sus Derechos propiciando un ambiente donde nos podamos respetarnos entre todos y vivir en comunidad.


Eduardo Moraga.
Militante Socialista
Estudiante de Derecho
Universidad Central de Chile

Bibliografía
(1) http://www.proverbia.net/
(2) http://www.participa.cl/
(3) www.civil-society.oas.org/Interventions/7.%20Corporacion%20Participa%20-%20Andrea%20Sanhuenza.doc
(4) Ricardo Lagos, Mi idea de País.
(5) Rolando Jiménez, Exposición Fundación Chile21.
(6) Tony Blair, El Poder de la Comunidad Puede Cambiar al Mundo.

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