martes, 31 de julio de 2007

Políticas Verdes: El déficit del progresismo chileno.



Los partidos ecologistas han sido muy exitosos en muchos sistemas políticos. En algunos, han alcanzado, incluso, a ser parte del gobierno, como ha ocurrido en Francia, Alemania y Bélgica. En otros lugares, como en Inglaterra, no han alcanzado representación parlamentaria pero han ayudado a influir a las fuerzas políticas tradicionales para que haga suyas algunas de los ejes programáticos ambientalistas más importantes.



En Chile, firmó el acta constitutiva de la Concertación Democrática Andrés Korzyma, fundador y lider de “Los Verdes”. Paralelamente, en base a la Comunidad para el Desarrollo Humano, es fundado el Partido Humanista, cuya ideología llamada “Nuevo Humanismo” recogía mucha de las inquietudes ecologistas.



Ambos partidos tuvieron cabida en el gobierno de Patricio Alywin. Ocuparon subsecretarías, embajadas, concejalías y otros cargos públicos. Es más, eligieron a la primera diputada humanista en el mundo, la fallecida Laura Rodríguez, que realizó una destacada gestión parlamentaria en pos de las minorías. En el año '92, se fusionan y crean la Alianza Humanista Verde. El siguiente año, y con la candidatura a la Presidencia de Frei, se retiran del gobierno acusando la traición al pueblo que significó no cambiar el sistema económico heredado por la Dictadura.



En ese momento, la Concertación perdió un componente que no ha vuelto a tener. Ninguno de los restantes partidos ha sido capaz, o ha tenido la voluntad, de plantear firmemente la defensa del Medio Ambiente como uno de los ejes programáticos claves de la coalición.


Así, tenemos a Sergio Bitar, Presidente del PPD, hombre “progresista”, haciendo lobby por la energía nuclear, fuente energética que no soluciona el problema de fondo de Chile: la dependencia de materias primas para la generación de electricidad.


Sin embargo, nadie se sorprende.



Debemos interpretarlo como un signo. Requerimos que las fuerzas progresistas chilenas tomen las banderas del Desarrollo Sustentable y de las Energías Renovables. Si no lo hacen, privaremos a nuestro país de ideas muy valiosas. No hay otras fuerzas políticas capaces de realizar este proceso. Éste es un buen momento para realizarlo: todavía estamos a tiempo de frenar Pascua-Lama, proyecto depredador de todo un ecosistema.



No se trata de constituir un Partido Verde, o tal vez sí, lo importante es construir un movimiento ecologista progresista transversal que tenga la capacidad de hacer triunfar la voluntad ciudadana por sobre el lobby empresarial.

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