martes, 26 de junio de 2007

Un muy buen ejemplo de columna


Breve guía para entender la CASEN 2006
Mario Marcel
La Segunda, junio 25,2007

Cuando hace dos semanas se dio a conocer los resultados de la encuesta CASEN 2006 muchos de los que hace años venimos siguiendo las estadísticas económico-sociales pensamos que nos estábamos enfrentando a muy buenas noticias: la incidencia de la pobreza se reducía de 18,7% de la población en 2003 a 13,7%, la indigencia lo hacía de 4,7% a 3,2% y por primera vez en mucho tiempo se detectaba una reducción de la desigualdad.

Pero donde algunos creíamos ver buenas noticias otros veían problemas. Algunos dirigentes políticos, encabezados por el senador Allamand, llamaron a la ministra de MIDEPLAN a dar explicaciones por estos resultados, exigiendoentender por qué las cosas no eran peores. Con ello, los chilenos podríamos estar inaugurando una nueva práctica: mientras en el resto delmundo se piden explicaciones cuando las cosas andan mal, nosotros lo hacemos cuando andan bien. Aún a riesgo de estimular esta práctica, y sinperjuicio de las explicaciones de MIDEPLAN, me permito ofrecer una breve guía paraentender los resultados de la CASEN. La CASEN es una encuesta de caracterizaciónsocioeconómica cuyo propósito es ayudar a orientarlas políticas públicas. Se basa en una encuesta a 73.000 hogares en todo el país. Para entender la magnitud y representatividad de esta encuesta, pensemos que una de las más respetadasencuestas de opinión, la Encuesta CEP, se basaen una muestra de 1.500 personas. La metodología de la CASEN se basa en estándaresinternacionales para encuestas de hogares y la información que ésta recopila se proyecta en base a datosdel Censo de Población de las Cuentas Nacionales. De esta manera, en la generación de los datosde la CASEN intervienen la Universidad de Chile, el INE, el Banco Central y la CEPAL. Las cifras sobre pobreza y distribución de la CASEN se obtienen sobre la base de la información que esta genera sobre ingreso familiar totalper cápita. Los hogares son ordenados en base a este indicador para agruparlos en quintiles odeciles de ingresos, calcular indicadores de distribución como el coeficiente de Gini y esteingreso per cápita es el que se compara con elvalor una canasta básica de consumo a efecto de determinar quiénes están por sobre o por debajo de la línea de la pobreza. El ingreso familiar total per cápita se obtienedividiendo los ingresos familiares totales por el número de habitantes del hogar. Elingreso familiar total corresponde a la suma de los ingresos autónomos --esto es, ingresos deltrabajo y rentas del capital, los subsidios monetarios y una imputación de arriendos para las familias que son propietarias de susviviendas. De esta manera, las variaciones en el ingreso familiar total per cápita dependen de los cambios que se produzcan en el tamaño delos hogares, el número de personas que aportan ingresos al hogar, los salarios y rentas queéstos obtienen, los subsidios monetarios del estado que llegan a las familias y de laproporción de familias que son propietarias de sus viviendas.

Una de las razones por las que algunospersoneros han pedido explicaciones a las autoridades sobre los resultados de la CASEN es el hecho deque entre 2003 y 2006 se observe una reducción de la pobreza muy fuerte en relación al crecimiento de la actividad experimentado en el período. La simple descripción anterior puede ayudar a responder a estas dudas. En efecto, para que se reduzca la incidenciade la pobreza, lo relevante no es necesariamente lo que ocurre en el PIB total o en los ingresospromedio de la población, sino lo que ocurre en el entorno de la línea de la pobreza, esto es,en el 20% más pobre de la población. Basta con que en el año de comparación (2003 en este caso) haya habido una proporción importante de hogares inmediatamente debajo de la línea de la pobreza o que el ingreso familiar total per cápita de las familias más pobres crezcamás que el promedio para que el crecimiento se traduzca en una reducción másque proporcional en la pobreza. De esta manera, para que el crecimientoeconómico sea pro-pobre se necesita que ocurra una o (preferentemente) más de las siguientes cosas en los hogares más pobres: (a) que el tamaño promedio de estos hogares se reduzca; (b) que aumenten las personas ocupadas por reducción de la cesantía o por incorporación de inactivosal mercado del trabajo; (c) que los ingresos que obtienen los ocupados aumenten; (d) quemejore el acceso de estos hogares a los subsidios monetarios que entrega el estado y, (e)que aumente la proporción de familias que son propietarias de sus hogares.En otras palabras, la relación entrecrecimiento y reducción de la pobreza no es fija, no está escrita en las leyes del país ni en las de laeconomía, sino que depende de la forma que tome el crecimiento, el comportamiento que tiene elmercado del trabajo y cómo operan las políticas públicas. Poner en duda la CASEN porque con menor crecimiento se redujo más la proporción de hogares pobres en relación a lo ocurrido en los 90 equivale a crear una tautología en torno a que la pobreza sólo se reduce concrecimiento, asumir que en Chile nunca va a mejorar la distribución de los ingresos ycondenar de antemano a las políticas sociales. Entre 2003 y de 2006 se ha observado algo muydistinto a esto. En este período el empleo creció en medio millón de ocupaciones, muchos empleos informales fueron reemplazados por empleosasalariados, aumentó en varios puntos porcentuales la tasa de participación de las mujeres, el gasto en subsidios monetarios del estadocreció en más de 10% real, y las políticas públicas generaron más de 300.000 solucioneshabitacionales reduciendo en consecuencia el allegamiento. Lo que la encuesta CASEN de 2006 nos dice esque ahora sí estos fenómenos beneficiaron más alas familias de menores recursos, haciendo que su ingreso total per cápita creciera más que elpromedio. Esto marca un importante contraste con lo observado en el pasado. Entre 1996 y 2000, por ejemplo, la CASEN mostró que elcrecimiento de los ingresos de los hogares del 20% más pobre fue la mitad del promedio de lapoblación. El mejoramiento en los indicadores de distribución y el crecimientopro-pobres son dos caras de la misma moneda.

Frente a esta evidencia algunos mantendrán su incredulidad, cuestionando algún aspecto metodológico o contrastando las estadísticas con lo reportado por el programa ?Contacto? esta semana. Pero aún a los incrédulos se les debeexigir consistencia. No se puede discutir algún detalle metodológico de una encuesta a73.000 hogares y al mismo tiempo aceptar como representativas de la realidad las imágenesmostradas por un programa de televisión para 20 casos de familias seleccionadas con criterios desconocidos. O le creemos a las estadísticas o le creemos a las sensaciones. Así como nadie espera que las estadísticas diviertan a la gente creo que tampoco podemos confiarle a latelevisión la construcción de la realidad del país.

Aunque sea provocativo para los incrédulos, yo le creo más a la CASEN que a Contacto.

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